En clase seguimos experimentando. Comenzamos con las acuarelas líquidas y el color explota delante de nuestros ojos. Encontré esta idea por internet, a partir de una imagen de la artista Elena Romanova. Un skyline de colores que recuerda mucho a esos atardeceres flotantes de Monet y otros tantos fascinados por la luz, el color y el misterio. Sobre un dibujo de contorno con agua, que funciona de límite donde echar acuarela, surge la ciudad. Improvisación, color, soplados, salpicados, goteos y lavados, un juego que ofrece mil posibilidades y versiones. ¡¡ No queríamos parar!!